Se acostumbra ponerse la camiseta hasta los huesos,
comprometerte para llevar el logo en alto,
se esquivan balazos y se limpian traseros ajenos.
Se dan las manos y la pluma habla de la verdad, no de las manos.
Te mientes creyendo en sus ojos, palabras sin letras,
sin tintas sonrientes;
después te quedas con hambre y un buzón exige respuestas,
tus habilidades a precio de camión, pero recuerdas luego que no facelles si mueres de hambre, porque hasta en los peseros hay rutas y es hora de hacer un transborde.
LIAR. INC.
Clases de drogas
9 years ago