Nos dispersábamos por ahí, tan seguros de si mismos, tan ciertos de nosotros, conquistamos las formas de crear la imaginación de un sueño roto y dormido, que no quiere despertar, para no defraudar los ánimos internos, como la ráfaga divina, que consumía melancolías que no concebimos en momentos de disfrutar, el olvido de la realidad, la salida de la primera puerta de escape del subconsciente, nos llevó más allá de lo que pudimos controlar.
Todo era generoso pero decrépito y contiguo, cuando me percaté de ello te pedí...
Quédate con migo un momento, para compartir mi pena en esta adorable noche de estrellas. . . .
Para que cuando tenga que despertar, no olvide la compañía de tus recuerdos; tan grises y oscuros parecen ahora, no como cuando fueron, coloridos y poco discretos.
Tan borrosos desde ahora como si nunca fueran a ser otra vez.....
Esto de el viaje me parece absurdo, no seguiré más este camino; es difícil de transitar, no puedo dejar de mirar atrás y contemplarnos mirando estrellas que quisimos alcanzar, que muchas veces atrapamos con una mano, estaban ahí para nosotros, listas para complacer nuestros deseos, pero una vez que las tuvimos para nosotros; las dejamos ir, como luciérnagas que escapan sin importar más, parecieran seguir una segunda oportunidad, para alguien que las pueda ver tan cerca, como las tuvimos alguna vez.
Ahora veo que la estrella que vivía en tí, esta muy lejos, escapando para cumplir deseos que no pediré, deseos que nunca fueron, placeres que nunca saciaron, palabras que no susurraré, avocando vagar por el día donde no será preciso atender su destello casi extinto, reprochando rivalidades fracasadas que no concretaron otra cosa más, que heridas en la guerra del lenguaje ambiguo y demoledor.
Ahora veo la estrella que me resplandece pero no podré tomarla, esa estrella brilla hacia otro lugar hacia las plegarias de alguien mas, sin embargo; me ha lanzado un destello, suficiente para seguir caminando y no hacer un tótem a mi depresión, fué la palmada divina con el pésame de nuestras amarguras, la iluminación espiritual que orilla a la penumbra a bajarse de mis hombros para no cargar con el pasado, sino caminar hacia el futuro y poder volver a ver aquellas estrellas que sólo de día ofrecen deseos, detrás de los destellos del sol, ésas estrellas que alguna vez fueron luciérnagas de alguien más, que andan como vagabundas en el cielo de la incomprensión y el mar de la amargura; que no piden más que complacer.
Ahora voltea a tu alrededor y verás que nunca han sido estrellas siempre hemos sido luciérnagas peces soñando volar, luces pidiendo dormir, fantasías ansiando morir, contemplando el ocaso, susurrando palabras de clisé al eclipse del amor lleno de nostalgia y ni tan arrepentido ni encantado de haberme conocido pues hay palabras que se las lleva tu aliento que no in-hibe honestidad pero radía defensivas bélicas en las crónicas de su pasado que ansío compartir para transformarnos en supernovas cataclísmicas del amor . . .
Se lo que es estar casado, dormir desnudo en cama y esposado, a la intemperie de la multitud, clavado en una cruz con un ladrón a cada lado.
Clases de drogas
9 years ago